Distancia: 70 Km
Terreno: Mixto
Dificultad: Media
Primer día de Camino de Santiago
y comenzamos con 70 km y la incertidumbre de que nos deparará el terreno, ¿será muy
duro?, por este motivo la primera ruta es la más larga, estamos frescos,
motivados y con muchas ganas de empezar.
La mañana comenzó pronto, tanto
que tuvimos que comenzar despertando a la dueña del Hostal del
Carmen para poder coger nuestras bicis, algo que parece que no gustó
mucho…, y es que eso de madrugar joroba y mucho…, pero es lo que hay, jejejeje.
Miramos por la ventana y lluvia
ligeramente sobre Santander, así bajamos con nuestras bicis en el ascensor
ataviados con nuestro impermeable, colocamos nuestras alforjas en las bicis y a
desayunar en una cafetería cercana, donde sellamos por primera vez nuestra
“credencial” ¡que ilusión!
Salimos de Santander muy
contentos bajo la lluvia fina que añadía un punto más de emoción a la jornada.
Muy pronto, los paisajes verdes, el cielo gris azulado nos comenzaba a
cautivar, y comentábamos lo espectacular de estos paisajes Cántabros y las
obvias diferencias con nuestra tierra Castilla La Mancha. La lluvia, que cada
vez era más intensa nos hizo detenernos y resguardarnos unos minutos,
¡estábamos chorreando!, cuando la intensidad bajo continuamos la marcha.
Desde ese momento alternábamos
lluvia y claros en los que incluso salía el sol, estábamos emocionados con
nuestro camino, cuando de repente, al cruzar un paso elevado sobre la vía del
FEVE…, ¡rompí la cadena!..., ¡no daba crédito!, semanas antes en la preparación
del Camino me recomendaban llevar algún eslabón rápido por lo que pudiese pasar,
“no he roto la cadena en mi vida..., tendría narices romperla en el Camino”
contestaba yo…., ¡pues toma, por hablar!, jajaja, el primer día, una combinación de rampa pronunciada
y una mala relación de cambios hizo que la rompiese…. Afortunadamente hice caso
a quienes me recomendaron llevar eslabones rápidos (¡que invento!) y pudimos
solucionar el problema como verdaderos expertos aunque era la primera vez que
lo hacíamos (los tutoriales de YouTube empollados semanas antes sirvieron para algo, jejejeje), así que ya teníamos la primera anécdota o batallita
que contar del Camino.
Llegamos a Santillana del Mar,
pueblo cántabro bonito donde los haya, una Villa con mucho encanto que alberga
las cuevas más famosas de España “las cuevas de Altamira”, parada y fonda,
alguna foto y a continuar el camino bajo la lluvia de nuevo.
A medida que nos acercábamos a
Comillas, es decir, a la costa, el cielo se iba abriendo, el paisaje se iba
tornando cada vez más espectacular si cabía, ya que comenzamos a ver
acantilados y playas impresionantes, el Camino nos llevaba paralelos a la línea
de costa, subiditas duras aunque cortas (no imaginas lo que cambian las subidas
llevando alforjas de unos 10Kg detrás…) pero merecía la pena, ya que una vez
arriba las vistas compensaban.
Eran cerca de las 16h cuando estábamos
entrando en Comillas, todo un alivio y mucha satisfacción por haber completado
la primera etapa del Camino. Nos dirigimos a la Pensión Pasaje San
Jorge, donde nos dimos una ducha que nos supo a gloria e hicimos nuestra
primera colada, colocando nuestro primer “secadero de jamones”, como llamábamos
a la ropa colgada cerca de la ventana para intentar que se secase para el día
siguiente, ya que aunque es ropa deportiva, la humedad de la zona dificultaba
el secado, especialmente la badana del culotte…
* Aquí tenéis el track de la ruta del Día 1
* Algunas fotos de la ruta en el Álbum
del Día 1
En resumen, una ruta durilla, por el terreno que es un
continuo sube y baja, por los 70km, pero en esta ocasión especialmente por la
lluvia, que añadió un plus de dificultad e incomodidad a la jornada.
Si
embargo, como en el resto de días, la emoción de descubrir lugares y paisajes
nuevos, de terminar una ruta más que nos acerca al objetivo de llegar a
Santiago hace que nos olvidemos automáticamente de las dificultades del día y
disfrutemos de unas horas de turismo en un pueblo tan bonito como es Comillas.
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